El automovilismo es un deporte tan apasionante como peligroso. Los pilotos saben que, una vez arriba del auto, la concentración debe ser total, no solo para competir sino para reaccionar ante cualquier situación que comprometa su vida.

A pesar de los avances tecnológicos y las medidas de seguridad que la categoría incorporó con el paso de los años, hay tragedias que permanecen en la memoria colectiva. En Argentina, una de ellas es la de Guido Falaschi, ocurrida un 13 de noviembre de 2011 en Balcarce.

La tarde que cambió todo

El fin de semana correspondiente a la 15ª fecha del Turismo Carretera se desarrollaba en el Autódromo Juan Manuel Fangio. A una vuelta del final, Falaschi perseguía a Mauro Giallombardo, líder de la competencia.

En ese momento, el auto rezagado de Leonel Larrauri perdió el control a la salida del puente tras pisar una mancha de cemento colocada sobre una pérdida de aceite. Golpeó contra los muñecos de goma de camiones y estos, al no estar enzunchados ni correctamente asegurados, no absorbieron la energía del impacto, devolviéndolo a la pista.

Giallombardo logró esquivar la escena, pero Falaschi no tuvo la misma suerte. Su auto volvió a golpear otros muñecos de goma del lado opuesto —también sin ajuste adecuado— y regresó nuevamente a la pista.

Entonces ocurrió una de las imágenes más impactantes que dejó el automovilismo argentino: Guido fue embestido primero por Guillermo Ortelli y luego por Néstor Girolami, en un choque que resultó fatal. La nube de tierra impidió a los pilotos ver lo que sucedía delante de ellos, imposibilitando cualquier maniobra para evitarlo.

Los intentos por salvarlo

Falaschi fue asistido en el lugar por el servicio médico de la ACTC y trasladado al Hospital Municipal. Allí, pese a 40 minutos de trabajos de reanimación, falleció como consecuencia de una fractura en la base del cráneo.

Responsabilidades y fallo judicial

Once años después, la Justicia determinó la responsabilidad de la Asociación Corredores Turismo Carretera por el accidente. La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil condenó a la ACTC a indemnizar a la familia del piloto por 3,5 millones de pesos en concepto de daños y perjuicios.

El peritaje fue contundente: la pista no estaba en condiciones para un evento de esa magnitud y existieron “graves fallas de seguridad” que tuvieron relación directa con el desenlace fatal.
El juez Víctor Fernando Liberman acreditó la relación causal entre la falta de medidas adecuadas y la muerte del joven santafesino.

Una herida abierta en Balcarce

Para la comunidad balcarceña, la tragedia dejó una marca profunda. El autódromo quedó inhabilitado para competencias nacionales y nunca volvió a recibir al Turismo Carretera. A 14 años, el recuerdo permanece vivo y reabre cada año el debate sobre seguridad, responsabilidades y el futuro del circuito.

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