En la mañana de este jueves, GABAL habló con Emiliano Mariscal, responsable del área de Epidemiología del municipio, quien compartió su perspectiva sobre las enfermedades zoonóticas y las medidas preventivas adoptadas en la región, abordando en detalle la situación local y el contexto de salud pública.

Emiliano comenzó la conversación abordando el tema de los recientes casos registrados en Bariloche. A pesar de la tristeza que generan estos eventos, aseguró que no representan una amenaza general para la comunidad: “Lo que ocurrió en Bariloche es algo triste y trágico, pero no es algo que deba preocuparnos. Está dentro del comportamiento esperado de este tipo de enfermedades zoonóticas”.

En relación con el hantavirus, explicó que la enfermedad, aunque tiene una alta letalidad, no es inusual en ciertas áreas. “Es una enfermedad que, para las personas que la contraen, tiene una tasa de letalidad elevada, entre el 30% y el 70%. Sin embargo, el riesgo de contraerla depende en gran parte del lugar geográfico, y el riesgo de complicaciones graves también está vinculado a la rapidez con la que se detecte.”

La situación de salud local y las medidas preventivas

Con respecto a la situación en el municipio, Emiliano aseguró que no se han registrado casos confirmados recientemente, aunque sí ha habido algunas sospechas. “En 2023 y 2024 no hemos tenido casos confirmados de hantavirus. Sin embargo, hemos tenido algunas sospechas, lo cual nos lleva a estar atentos y preparados.”

Además, destacó el trabajo preventivo que se realiza a nivel local con otras áreas, incluyendo la Dirección General de Inspección. “Hemos formado una mesa de trabajo para el abordaje de enfermedades zoonóticas, con un enfoque de ‘Una sola salud’, que abarca la salud humana, ambiental y animal.” Emiliano señaló que este enfoque integral es fundamental para mitigar los riesgos. “La idea es poder identificar los lugares con mayor riesgo y tener un sistema de salud preparado para actuar de forma temprana.”

Protocolo ante la sospecha de enfermedades zoonóticas

Mariscal hizo énfasis en la importancia de una intervención rápida al detectar síntomas, dado que tanto el hantavirus como la leptospirosis comienzan con síntomas inespecíficos, como fiebre, dolor de cabeza y náuseas. “Este tipo de enfermedades tienen una fase inicial con síntomas bastante generales, como fiebre y dolor de cabeza. Ante cualquier sospecha, se activa rápidamente el protocolo, ya que el tiempo de confirmación por laboratorio lleva algunos días”.

En relación con las acciones preventivas, destacó las visitas a los domicilios afectados para realizar un seguimiento y estudiar el origen del contagio. “Es fundamental estudiar dónde ocurrió el paso del microorganismo de un animal a una persona. Esto nos permite tomar medidas de control, como el saneamiento ambiental y la disminución de la circulación de roedores”.

También aclaró que ciertos factores pueden hacer que las personas sean más vulnerables a la enfermedad, como comorbilidades que debilitan el sistema inmunológico. “Las personas con enfermedades progresivas o con un sistema inmunológico comprometido, como los adultos mayores, son más vulnerables a los efectos de enfermedades graves como el hantavirus”. Sin embargo, insistió en que no hay una comorbilidad definida que agrave la enfermedad de manera particular, más allá de la virulencia del virus mismo.

Medidas en el hogar ante sospecha de hantavirus:

En cuanto a qué hacer si alguien sospecha que ha contraído el hantavirus, el epidemiólogo subrayó la importancia de contactar rápidamente con el sistema de salud. “Lo principal es consultar con el sistema de salud, ya sea en un centro de salud o en el hospital. A partir de allí, se activan todos los protocolos de control”.

Además, destacó que las autoridades trabajan en conjunto para reducir los riesgos en las viviendas. “Si hay sospecha de circulación de roedores, se realizan acciones de saneamiento ambiental, como el control de posibles focos de roedores en la vivienda o en la cuadra”. Afirmó que también se orienta a las familias sobre cómo reducir las condiciones que favorecen la presencia de estos animales. “Es importante minimizar los lugares donde los roedores puedan habitar, como patios o almacenes de objetos”.

Riesgo para las mascotas

Una de las preguntas más recurrentes fue sobre el riesgo de transmisión de hantavirus o leptospirosis a las mascotas. Emiliano explicó que, aunque las mascotas no transmiten hantavirus, sí pueden ser un factor de riesgo en el caso de la leptospirosis. “No hay riesgo de que las mascotas transmitan hantavirus, pero sí con la leptospirosis. A veces, los animales tienen contacto con la orina de roedores y pueden contraer la enfermedad, lo que podría poner en riesgo a las personas”. En estos casos, Mariscal señaló que se monitorea tanto a las personas como a los animales, y si se detecta alguna infección en las mascotas, se les administra tratamiento antibiótico.

Por último, el epidemiólogo hizo un llamado a la calma y recordó a la comunidad que las autoridades están trabajando para asegurar la seguridad y la salud pública. “Ante cualquier duda o sospecha, es crucial que la gente se acerque al sistema de salud. Estamos trabajando para estar preparados y afrontar este tipo de situaciones de manera efectiva. La prevención es clave”.

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