En la mañana de este miércoles, el director asociado del Hospital Municipal, Javier Reino, brindó una entrevista exclusiva a GABAL para aclarar la situación en torno al lote contaminado de fentanilo que generó al menos 34 muertes en el país y que tuvo implicancias directas en un caso atendido en nuestra ciudad. Reino explicó con precisión cómo actuó la institución local y detalló los pasos tomados ante una alerta sanitaria de gran magnitud.
“Recibimos una advertencia el 8 de mayo de parte de las autoridades sanitarias, indicando que una partida de fentanilo podía estar contaminada. De inmediato, retiramos del sistema todas las ampollas correspondientes y fuimos más allá: sacamos todos los productos del mismo laboratorio, incluso otros que no contenían fentanilo”, relató el médico.
El caso que puso a Balcarce en la agenda nacional comenzó en abril, cuando un paciente ingresó con un cuadro de meningitis. Ante la necesidad de sedarlo e intubarlo, se le administró fentanilo. Tras varios días de internación, el paciente falleció el 20 de mayo. Los análisis realizados durante su tratamiento identificaron la presencia de la bacteria Klebsiella, un patógeno que coincide con el hallazgo en los lotes de fentanilo contaminado.
Frente a este escenario, el hospital presentó una denuncia ante la fiscalía y la ANMAT. “No fue una decisión sencilla, pero actuamos bajo las normas de bioseguridad y responsabilidad institucional. La Justicia deberá determinar si la muerte fue consecuencia del fentanilo contaminado o de su patología de base”, sostuvo Reino.
El médico también cuestionó duramente los proyectos que proponen la fabricación local de medicamentos genéricos sin la tecnología adecuada. “No es cuestión de tener un laboratorio artesanal. Hacer medicamentos implica normas de bioseguridad muy estrictas. Hay vidas en juego”, remarcó y agregó que “no estoy de acuerdo. Me parece una idea voluntarista, pero alejada de la realidad. Producir medicamentos no es algo sencillo, no se trata solo de tener una máquina o un espacio físico. Hay una normativa estricta, controles, certificaciones, personal capacitado. No podemos arriesgar la calidad ni la seguridad de los tratamientos que se brindan a los vecinos”.
Y continuó: “El Hospital tiene que seguir concentrado en mejorar su atención, su infraestructura, en conseguir profesionales. Meterse en la fabricación de genéricos sería una distracción de los objetivos centrales y una carga presupuestaria”. Aunque evitó profundizar en cuestiones políticas, fue tajante: “Si vamos a hablar de salud, hablemos en serio. No se pueden tirar expresiones de deseo sin tener noción de la infraestructura y la tecnología que eso implica”.
Por último, aseguró que la dirección del hospital “atiende prácticamente a puerta abierta. La gente cuando tiene una queja o lo que fuera tiene que venir a la dirección”.
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