El balcarceño, Mauro Russo visitó los estudios de Radio Gabal donde compartió su testimonio y experiencia en el trabajo con personas que atraviesan el consumo problemático de sustancias, en el marco del Programa VIDA, una iniciativa con presencia en todo el país que ofrece asistencia, prevención y rehabilitación.
Durante la charla, Russo relató que su vocación por ayudar comenzó hace más de 20 años, motivada por experiencias personales profundas, como la muerte de su padre y el contacto con personas en situación de vulnerabilidad dentro de su comunidad. “Quería ayudar, pero no sabía cómo. Entonces empecé a formarme”, contó.
Una de las ideas centrales que desarrolló fue el papel clave de la familia: “Todo comienza y termina en la familia. El adicto es un emergente de una familia disfuncional”, aseguró y destacó que “ayudar a una persona con adicciones es un paso muy difícil, pero posible”. También, comentó que tanto la falta de contención como la sobreprotección pueden derivar en dificultades para afrontar frustraciones y resolver problemas.
Russo subrayó que el trabajo con adicciones debe abordarse de manera integral y que el Programa VIDA se estructura en cuatro niveles de prevención: primaria (población sana), secundaria (en riesgo), terciaria (en consumo activo) y cuaternaria (reintegración social). Actualmente, este programa cuenta con más de 200 dispositivos en el país, tanto ambulatorios como de internación voluntaria.
Según estadísticas del programa, la tasa de recuperación es significativamente mayor en entornos con base de fe. “En ambientes laicos, 10 de cada 200 personas se recuperan; en espacios con contención espiritual, 80 de cada 200 logran salir adelante”, afirmó.
Russo también señaló que su rol no excluye su labor como terapeuta: “Me puedo sacar una cobertura y ayudar desde la otra. Lo primero que brindo es una escucha”. Además, remarcó que muchas adicciones actuales no son solo a sustancias, sino también a conductas como el juego online, la pornografía o las redes sociales.
Sobre el final, dejó un mensaje esperanzador: “En el corazón del ser humano hay un agujero que solo lo llena Dios. Esa fue mi experiencia, y por eso quiero que otros también puedan encontrar ese camino”.
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