Leandro Cambareri, delegado de APINTA, dialogó con GABAL y advirtió sobre "un preocupante avance del Gobierno nacional" hacia una reestructuración del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que implicaría una pérdida de funciones clave, el desplazamiento de trabajadores y el debilitamiento del rol del ente en el desarrollo del sector agropecuario.
Según explicó, el Consejo Directivo del INTA —conformado por representantes del gobierno, universidades y entidades del agro— aprobó un cambio estructural que le quita funciones a la Dirección Nacional, órgano que por ley tiene competencias sobre áreas como recursos humanos, administración, investigación, extensión y comunicación. Esas atribuciones pasarían a una nueva Secretaría de Coordinación de Gestión, lo que para los trabajadores representa una violación a la ley fundacional del organismo.
Además, Cambareri señaló que el gobierno apunta a reducir drásticamente la planta de personal. “Hoy somos 6100 trabajadores en el INTA, y el objetivo es llegar a diciembre con unos 4500. Eso implicaría un recorte de 1500 a 1600 puestos”, afirmó. Entre las medidas que se barajan se encuentran el cierre de todas las agencias de extensión, retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas.
Para el delegado gremial, esto representa no solo un ajuste sobre el empleo público, sino una amenaza directa al sistema de investigación agropecuaria. “Muchas líneas de trabajo se van a caer. Formar a un científico lleva años, muchos de nosotros tenemos maestrías, doctorados, especializaciones. Eso es un capital humano que no se reemplaza de un día para otro”, remarcó.
En Balcarce, donde funciona uno de los centros más importantes del INTA, el impacto también sería significativo. “No vamos a ser la excepción. Esta reestructuración afectaría a todo el sistema”, indicó.
El clima entre los trabajadores es de incertidumbre y preocupación. “Hay angustia, hay miedo. Hace 20 años que estoy en INTA y nunca vi un ambiente laboral como el que estamos viviendo ahora”, sostuvo.
En respuesta a esta situación, APINTA anunció una movilización nacional para el 24 de abril frente a la sede central del INTA en Buenos Aires. “Vamos a seguir con nuestro plan de lucha. Ese día se firmaría la resolución definitiva y vamos a estar ahí para hacer escuchar nuestro reclamo”, concluyó Cambareri.
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