El Estado Islámico del Jorasán, que reivindicó la autoría de la masacre de Moscú, con al menos 137 muertos, estuvo “estos últimos meses” detrás de “varias tentativas” de atentados en suelo francés, afirmó este lunes el presidente de Francia, Emmanuel Macron, desde la Guayana francesa.

Macron agregó que teniendo en cuenta las “ramificaciones” e “intenciones” del Estado Islámico de Jorasán se estableció la alerta máxima en Francia “como medida de precaución”.

En una declaración al inicio de una visita a ese territorio de ultramar en Sudamérica, el presidente francés indicó que la decisión, tomada el domingo, se basa en “elementos creíbles y sólidos”.

Por su parte, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, avanzó que el jueves se va a organizar una reunión de los servicios secretos “para sacar todas las consecuencias” para Francia de lo que se sabe del atentado en una sala de conciertos de Moscú el pasado viernes.

Se trata de prevenir atentados de grupos yihadistas que no sólo envían a sus propios comandos sino que incitan a distancia a que otras personas actúen en su nombre.

Tras indicar que los servicios secretos de Francia y los de sus principales socios internacionales coinciden en atribuir la autoría del atentado del viernes en la capital rusa a esa entidad del Estado Islámico que tiene sus bases en Asia Central, Macron instó a Rusia a cuidarse de “cualquier instrumentalización o deformación y ser exigente y eficaz”.

“Sería a la vez cínico y contraproductivo para Rusia y para la seguridad de sus ciudadanos utilizar este contexto” contra Ucrania, subrayó.

Preguntado sobre si se plantea hablar con el presidente ruso Vladímir Putin, puntualizó que “en un primer momento, se han establecido contactos a todos los niveles, técnicos y ministeriales, para poder proponer nuestra cooperación (antiterrorista). Teniendo en cuenta las informaciones que tienen nuestros servicios secretos y los elementos que pueden ser útiles para los rusos, se hará a ese nivel”.

Darmanin insistió en que el atentado de Moscú fue obra del Estado Islámico, que, según dijo es el “enemigo” de Francia, e hizo hincapié en que lo ocurrido el viernes muestra que “todos los países” están en su objetivo, también aquellos que tienen “un arsenal jurídico y de seguridad más fuerte” que el francés y “con menos atención a las libertades individuales”, en una evidente alusión a Rusia.

El nivel máximo de alerta terrorista en Francia significa, en primer lugar, un mayor número de patrullas de fuerzas del orden y de los militares de la misión Sentinelle en lugares particularmente sensibles como estaciones, centros comerciales o espacios con un gran flujo de circulación de personas.

El plan Vigipirate contra el terrorismo se puso en marcha en diciembre de 2016 después de la ola de atentados que sufrió el país en 2015-2016 y desde entonces esta es la cuarta vez que se activa la alerta máxima.

La última había sido en octubre de 2023 tras el atentado en el que fue asesinado el profesor de historia Dominique Bernard en su propio liceo de la ciudad de Arras por un antiguo alumno que precisamente era de origen ruso, de una república caucásica.

Francia recibe estos días a muchos turistas de países vecinos donde hay vacaciones escolares por Semana Santa, como España o Italia, en las próximas semanas están programadas diversas celebraciones religiosas de católicos, musulmanes y judío y, sobre todo, en cuatro meses empiezan los Juegos Olímpicos de París.

La seguridad, y en particular la amenaza terrorista, es uno de los grandes retos del Gobierno Macron de cara a esos Juegos que se van a desarrollar desde el 26 de julio al 11 de agosto.

Desde enero de 2015, se han perpetrado 24 ataques terroristas en Francia y se han desbaratado cerca de medio centenar, según cifras oficiales.

EFE