La agroecología va tomando de a poco, mayor preponderancia en el distrito de General Alvarado, tratando de ganarle espacios a la metodología de producción tradicional y así reducir la utilización de productos químicos sobre las plantaciones.
Recientemente se dio de alta un grupo dentro del programa Cambio Rural, surgido desde el Ministerio de Desarrollo Agrario y que se pone en práctica a través del INTA, en busca de un nuevo paradigma en el origen de los alimentos.
En esta iniciativa están involucrados unos 12 productores junto con las escuelas agrícolas y la Chacra Experimental con la idea de generar estrategias en conjunto y compartirlas a campo.
“Soy el promotor y asesor del grupo donde juntamos una vez por mes en cada unidad productiva para seguir experimentando en materia agroecológica. Esto hace unos años era impensado y hoy bajo esta modalidad tenemos trigo, papa, maíz, girasol y otras producciones que continuamos potenciando”, dijo, el ingeniero agrónomo, Ignacio Marque.
Paralelamente a estas actividades, se realizan canteros agroecológicos comunitarios en espacios públicos y talleres de huerta con víctimas de violencia de género en la Casa Natalia Melmann.
“Hace falta lógicamente mayor concientización, es un proceso a mediano y largo plazo porque los grandes cambios cuestan consolidarse, pero esto de juntarse entre quienes tenemos ideas similares nos permitirán seguir valorando y difundiendo el consumo de alimentos producidos sustentablemente y en armonía con la naturaleza”, agregó el profesional.
Las iniciativas particulares, sumadas a políticas públicas adecuadas para apoyar este tipo de metamorfosis proyectan un vínculo interesante y de gran valor a futuro.
“Tenemos al municipio y el INTA involucrados en la temática, mediante tareas de acompañamiento. Los productores mismos van abriendo caminos, con charlas y exposiciones como en mi caso que tuve la oportunidad de exponer en la Fiesta de la Papa de Otamendi y la Fiesta del Camionero y el Agricultor en Mechongué, espacios que antes no existían para nosotros”, reflejó Marque.
No obstante, algunos comienzan a apostar gradualmente probando este tipo de producción más amigable en distintas superficies, aunque el modelo agroindustrial convencional trae todo lo otro, depender de insumos externos y estar económicamente acotados por toda la inversión que significa sembrar para obtener luego mejores resultados de cosecha.
“Salir de ese círculo vicioso y apostar a algo contrario, no es sencillo ya que también se es víctima el sistema y todo lo que ofrece el mercado de los químicos”, cerró Marque.
Fuente: lacapitalmdp.com