Un vuelo de United Airlines que viajaba desde Frankfurt hacia San Francisco debió realizar un aterrizaje de emergencia por un desagradable incidente. El inodoro del avión tuvo un desborde en su contenido en pleno vuelo y por el mal olor el piloto se vio obligado a volver al aeropuerto de origen.

“El vuelo 59 de United Airlines regresó a Frankfurt tras un problema de mantenimiento con uno de los baños del avión”, indicó un portavoz de la aerolínea al medio estadounidense The U.S. Sun.

Para mitigar las molestias ocasionadas, la empresa aeronáutica ofreció alojamiento en hoteles a los pasajeros afectados y los reubicó en otros vuelos al día siguiente, de acuerdo a lo informado por el San Francisco Chronicle.

No es la primera vez que la mencionada aerolínea y Boeing, el fabricante de la aeronave, protagonizan una situación de estas características. A este accidente se le suma un aterrizaje anticipado de un vuelo luego de que una ala comenzara a desintegrarse, como también el caso de que un avión perdió un neumático durante el despegue.

Boeing, por su parte, también ha presentado problemas de estilo. En enero, un panel del fuselaje de un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines se desprendió en pleno vuelo, forzando al avión a aterrizar de emergencia en Portland. Estos incidentes llevó a la renuncia del CEO de la empresa, Dave Calhoun.

En este sentido, Scott Kirby, CEO de United Airlines, habló de la importancia de la seguridad en los vuelos: “La seguridad es nuestra máxima prioridad y está en el centro de todo lo que hacemos. Desafortunadamente, en las últimas semanas, nuestra aerolínea ha experimentado una serie de incidentes que son recordatorios de la importancia de la seguridad”.

Con este nuevo episodio, tanto United Airlines como Boeing enfrentan el reto de recuperar la confianza del público y así no crear una paranoia alrededor de la seguridad de los aviones.