El importante empresario ganadero Garon Maia y su hijo de 12 años, Francisco, conocido cariñosamente como "Kiko", perdieron la vida cuando se estrelló el avión en el que viajaban, en la zona de Vilhena, en la entrada de la región amazónica. Tras el tremendo episodio se difundió un video que muestra al padre tomando cerveza y aconsejando a su hijo, al mando de la misma aeronave que terminó siniestrada.

Además, días más tarde de la tragedia aérea, después de los funerales, la esposa de Garon y madrastra de Francisco, Paula Pridonik, de 27 años, se suicidó.

La familia es una de las más importantes de la historia de la ganadería en Brasil. Pero al menos desde 2019, cuando murió uno de los patriarcas, vive inmersa en el drama.

El avión bimotor Beechcraft Baron 58 (valuado en 1.200.000 dólares), que pilotaba el nene, se estrelló en una densa área forestal, cinco minutos después de despegar del aeropuerto de Vilhena, Rondonia. La avioneta que despegó a las 5:50 p.m., se estrelló a tan solo ocho minutos después y luego desapareció del radar, según las autoridades.

Días previos a la tragedia, circuló un video en las redes sociales, en la que se veía al niño "Kiko", piloteando bajo la supervisión de su padre, quien estaba bebiendo cerveza en el asiento del copiloto. Estas imágenes rapidamente generaron todo tipo de debate sobre las responsabilidades y precauciones al volar.

“Espera, ¿todo listo? Nada delante, ok. Vamos, 600 caballos, podes empujar. 600 Kiko, anda”, dijo en el video. “Mano en la palanca, mano en la palanca. Mantené la mano allí y mira la velocidad”, agregó el empresario.

Los restos del avión finalmente fueron encontrados en un bosque. La familia Maia emitió un comunicado pidiendo respeto por su luto y agradeciendo a todos los que han compartido su dolor.

Mientras tanto, el Centro de Investigación de Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cenipa) ha iniciado una investigación exhaustiva sobre las causas del accidente.