Se hizo realidad aquel deseo, manifestado el 18 de julio de 1995 cuando Jackie Stewart, tricampeón mundial de la F1, despidió a su amigo Juan Manuel Fangio en el Cementerio Municipal: que los restos del quíntuple campeón descansen en «su casa», el Museo del Automovilismo, ese mítico lugar. Pasó el tiempo y aquel sueño, que fue compartido por los hijos del «Chueco», Rubén, «Cacho» y Juan, primero, y por los directivos de la Fundación Museo del Automovilismo, después, se convirtió en realidad. Familiares y amigos acompañaron el traslado de los restos (ver aparte) que ahora descansan en el Mausoleo. Será una forma de que el mundo contemporáneo recuerde en forma permanente al «Chueco». Este anhelo se concretó además en coincidencia con el 70° aniversario de la obtención de su primer título mundial.

LOS HIJOS ACEPTARON LA IDEA

Los tres hijos de Fangio, que fueron reconocidos por la Justicia en los últimos años, vivieron intensamente ese momento. Ellos estuvieron de acuerdo, cuando se les acercó la propuesta, de que su padre descanse en el sitio que imaginó para atesorar sus conquistas deportivas a lo largo de su campaña.
En diálogo con El Diario, Oscar «Cacho» Fangio reconoció que el momento que estaba viviendo era muy especial. «Es demasiado emotivo. No me gusta hablar mucho pero quiero decir que este es el lugar donde debía estar, en su casa. Esa es la realidad. Los tres hermanos nos pusimos de acuerdo para llevar a cabo esta acción. De ahora en más, quien venga al Museo del Automovilismo podrá rendirle tributo aquí a Fangio», dijo.