A un mes del accidente ocurrido en la feria de ciencias del Instituto Comercial Rancagua, en Pergamino, la investigación judicial confirmó que la explosión que dejó 17 heridos se produjo por el uso de clorato de potasio, una sustancia explosiva prohibida.

El hecho ocurrió el 9 de octubre, durante la muestra anual del colegio, cuando una maqueta que simulaba la erupción de un volcán estalló frente a alumnos, docentes y familiares. Catalina, una nena de 10 años que se encontraba en primera fila, fue la más afectada: sufrió un grave traumatismo craneofacial tras el impacto de un fragmento metálico y debió ser operada dos veces.

De acuerdo con los peritajes realizados por especialistas en explosivos, la mezcla contenía clorato de potasio —no autorizado por el Registro de Productos Pirotécnicos— combinado con naftalina, lo que generó una reacción violenta. “Esa combinación produce una explosión en lugar de una simple combustión”, explicaron fuentes judiciales.

Con los resultados en mano, el fiscal Fernando Pertierra, a cargo de la causa, adelantó que citará a indagatoria al profesor responsable del experimento y a la directora del establecimiento. La causa será recaratulada como “estrago culposo”.

El accidente ocurrió durante el cierre de la feria, cuando una alumna encendió una mezcla de azufre, carbón y sales dentro de tubos metálicos. El fuego se descontroló y la maqueta estalló, provocando una lluvia de material incandescente.

Además de Catalina, una docente resultó gravemente herida y fue operada en el Hospital San Felipe de San Nicolás. Otras quince personas —entre ellas once adultos y cuatro menores— sufrieron lesiones leves y fueron dadas de alta el mismo día.

El caso de Pergamino coincidió con otro accidente similar ocurrido esa misma semana en un colegio del barrio porteño de Palermo, donde una demostración con alcohol también terminó en explosión y dejó 17 heridos.

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