Balcarce vivió una nueva edición de su tradicional Fiesta Nacional del Postre, que tuvo lugar en el predio de la Sociedad Rural y recibió a miles de personas de todo el país. Sin embargo, más allá de los sabores y espectáculos, hubo un detalle que llamó la atención de los visitantes: la amabilidad de los balcarceños.
Personas provenientes de Mendoza, La Pampa, Chascomús y distintas ciudades vecinas coincidieron en un mismo comentario: “Nos sorprendió que en todos lados nos recibían con un ‘buen día’ y un ‘gracias’”. Para muchos, este gesto cotidiano pero significativo se ha perdido en otras ciudades, donde el trato suele ser más frío o apurado.
“No es común que en los negocios, en la calle o en una feria alguien te salude con tanta naturalidad y buena predisposición”, comentó una pareja de mendocinos que participó del evento. También un grupo de jóvenes pampeanos dijo sentirse “muy bienvenidos” desde el primer momento.
El reconocimiento espontáneo por parte de los visitantes pone en valor algo que muchas veces los propios vecinos no advierten por estar inmersos en la rutina diaria: la cordialidad como parte de la identidad local.
En un contexto donde las grandes ciudades suelen dejar de lado estos gestos simples, Balcarce volvió a destacarse, esta vez no solo por su tradicional postre, sino por lo que muchas veces no se dice pero se siente: el buen trato como marca registrada.
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