Este martes, la deportista Emilia Scioli visitó los estudios de GABAL, donde relató en detalle el accidente que sufrió a principios de agosto durante un entrenamiento de ciclismo y el difícil camino que atraviesa en su recuperación.

Scioli explicó que la caída se produjo cuando otro ciclista “le chupaba la rueda” sin respetar la distancia mínima, lo que derivó en un choque y en graves consecuencias físicas: fractura de clavícula y de la mano derecha. La primera lesión requirió una intervención quirúrgica con placa y tornillos, mientras que la segunda aún le genera complicaciones.

“Mi bici quedó impecable, pero yo no. Me llevé una fractura complicada en la clavícula y otra en la mano. Al principio me costó aceptar la dependencia de los demás hasta para cuestiones básicas”, contó.

La triatleta subrayó que este proceso, más allá del dolor y las limitaciones físicas, le permitió revalorizar las pequeñas conquistas: “Hoy para mí un logro es levantar el brazo 90 grados o hacer arañitas en la pared. Antes podía correr 25 kilómetros, pero ahora celebro cada avance”.

En su paso por la radio, Scioli también reflexionó sobre la resiliencia que forja el deporte: “Lo que nos diferencia a los deportistas es que sabemos lo que es fracasar y levantarnos. Las herramientas que usamos en una carrera también sirven para afrontar la vida”.

Consultada por sus proyectos deportivos, explicó que ya había decidido no competir este año en el Mundial de Marbella, por lo que el accidente no la privó de compromisos inmediatos. Sin embargo, señaló que el retorno será distinto: “No sé cómo voy a volver, estoy en un proceso de reinvención. Seguramente priorice de otra manera el equilibrio entre entrenar y compartir con mis afectos”.

La charla dejó en claro que, más allá de las adversidades, la atleta mantiene el mismo espíritu que la llevó a competir en maratones y triatlones: “No queda otra que seguir, reinventarse y no bajar los brazos”, afirmó al despedirse.

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