En la mañana de este jueves, GABAL dialogó con Julieta González Presa, mamá de Bautista Dadín, una de las grandes promesas de las divisiones inferiores de River Plate, quien fue convocado para formar parte del plantel profesional que disputará el Mundial de Clubes en Estados Unidos.
La emoción fue el hilo conductor de la entrevista, donde Julieta repasó el camino recorrido por su hijo desde sus primeros pasos en el fútbol balcarceño hasta esta convocatoria histórica. “Para mí es como que se recibió. Ahora empieza a trabajar”, expresó con orgullo, al referirse al momento en que Bautista recibió su número de camiseta en el plantel profesional.
Julieta recordó que desde los cuatro o cinco años su hijo decía que quería ser futbolista. Aunque en ese momento lo veían como un deseo infantil, la convicción de Bautista nunca titubeó. “Siempre fue muy seguro de lo que quería, nosotros lo acompañábamos, pero él tenía la decisión muy clara”, contó.
La familia recibió los primeros llamados de clubes en 2016, cuando Bautista tenía apenas 9 años. Ese año fue a probarse a Lanús y, poco después, surgió la oportunidad en River Plate. En febrero de 2017 comenzó a participar de amistosos con el club de Núñez y, pese a su corta edad, ya mostraba un enfoque profesional: “Él eligió no irse a la pensión ese primer año porque sentía que no estaba preparado”, relató Julieta.
A los 11 años, Bautista vivió una experiencia única al viajar a Italia, lo que consolidó aún más su determinación. “No conocíamos a nadie allá, pero se animó. Eso también fue parte del crecimiento”, recordó su madre. Con el tiempo, la pensión de River se transformó en un segundo hogar, al punto de generar lazos entrañables con compañeros que lo acompañan desde los inicios.
Julieta también habló del costado emocional del proceso: “A veces estaba triste, sobre todo al principio. Extrañaba mucho. Pero después, la pensión se volvió como una familia para él”.
El joven surgió de El Potrerito, en la calle 22 donde comenzó a jugar a los dos años y medio. Luego pasó por Los Patos, donde fue dirigido por su tío Damián González Presa, quien desde siempre le vio condiciones especiales: “Lo hacía jugar en todos los puestos para que aprendiera más”.
Hoy, a los 17 años, Bautista Dadín no sólo forma parte del plantel profesional de uno de los clubes más importantes del continente, sino que también integra la lista que representará a River en una competencia internacional de primer nivel.
“Uno sueña que a los hijos les vaya bien, pero nunca se imagina que lleguen tan lejos”, dijo Julieta con la emoción a flor de piel. La historia de Bautista es, sin dudas, un ejemplo de talento, esfuerzo y acompañamiento familiar, con raíces bien firmes en suelo balcarceño.
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