A meses de asumir como directora de los Geriátricos Municipales, Mariana Terminiello, visitó los estudios de GABAL y habló sobre su vocación, el trabajo en equipo, el acompañamiento a los adultos mayores y su pertenencia al grupo Valores.
Con una trayectoria de más de 20 años como voluntaria en una organización internacional con sede en el norte del país, Mariana Terminiello regresó a Balcarce para asumir un nuevo desafío: la dirección de los geriátricos municipales que alojan. “Para mí, cuidar al otro me da un propósito. Es lo que aprendí desde chica y lo que desarrollé durante toda mi vida”, expresó emocionada en una reciente entrevista.
Durante 23 años vivió en Corrientes y Misiones, donde trabajó junto a su esposo e hijos en comunidades vulnerables, incluso en el exterior. “Fue un gran desafío, pero hermoso. Nosotros fuimos voluntarios todo ese tiempo, dedicados al servicio. Mi hijo hoy continúa esa tarea en España”, contó.
Grupo Valores: participación y compromiso
Terminiello también integra el Grupo Valores, encabezado por Ezequiel Vivas. “Me convocaron hace dos años, cuando volví a Balcarce. El grupo promueve una mirada comunitaria, con actividades recreativas en plazas y un compromiso social que trasciende lo político. Apoyamos iniciativas del intendente Esteban Reino, pero sobre todo buscamos sumar desde nuestros principios y con una vocación de servicio”, explicó.
La realidad en los geriátricos: afecto, desafíos y sueños
Al referirse a su labor actual, Mariana no ocultó la emoción: “Los abuelos son como una familia, porque todos tienen sus historias. Es difícil cuando se van. Hay enfermeros que lloran su partida. Hay historias duras, muchas sin visitas ni familiares presentes. Por eso nosotros tratamos de estar, de acompañar, de hacerlos reír, de que se sientan amados”.
Desde su llegada, se realizaron importantes mejoras en la infraestructura, como la reparación del techo del Hogar Pinto —tras una tormenta—, renovación de baños, compra de electrodomésticos y limpieza de espacios. “Hay mucho por hacer. Soñamos con ampliar el hostal y, por qué no, tener una pileta. Algo tan simple puede cambiarles el día”, señaló.
En cuanto a la gestión, destacó la importancia de la formación de equipos. “Sin equipo no se logra nada. Yo no formé este grupo, me lo entregaron, y mi tarea es acompañarlo, establecer valores, hábitos, diálogo. No todo cambio es fácil, pero con comunicación y pasión, se puede crecer”.
Perspectiva y futuro
Sobre los geriátricos privados, Mariana fue respetuosa: “Cada uno trabaja con su visión. Lo nuestro es 24/7, con una atención completa. Solo se les cobra un porcentaje al hospital y el resto lo cubre el municipio. A veces faltan recursos, pero nunca dejamos a un abuelo sin sus medicamentos. La vocación es lo que nos mueve”.
“No me proyecto a cinco años, pero sí trabajo con visión. Quiero que nuestros hogares sean un ejemplo, que los abuelos vivan sus últimos años con dignidad y alegría. Si logramos eso, el esfuerzo vale la pena”.
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