La Filial local de la Federación Agraria Argentina volvió a expresar su inquietud por la instalación de cámaras de control de velocidad sobre la Ruta Provincial 55, señalando que su implementación responde a un fin recaudatorio más que a una verdadera política de seguridad vial.
En diciembre pasado, la entidad ya había manifestado su preocupación por la falta de señalización adecuada y la ausencia de campañas de concientización. Ahora, con los dispositivos aparentemente en funcionamiento, sostienen que la ubicación elegida no responde a criterios de prevención de accidentes.
Desde la comisión directiva de la filial local señalan que los radares fueron colocados en tramos rectos de la ruta, en lugar de ubicarse en sectores de mayor circulación de vehículos y personas, como las inmediaciones de escuelas o plantas de silos. En particular, mencionan dos puntos estratégicos que, a su entender, deberían haber sido priorizados: uno cercano a la Escuela 12 y la planta de silos de Molinos Balcarce, y otro en la zona de la Escuela 7, donde también se encuentra la planta de silos de la firma Scorziello y Galella.
Uno de los principales cuestionamientos radica en la reducción de la velocidad permitida de 110 a 80 km/h en estos sectores, una medida que, según la entidad agraria, no tiene justificación práctica, ya que los vehículos vuelven a acelerar inmediatamente después de atravesar los controles, retomando velocidades más altas en áreas de mayor riesgo.
La preocupación de la Federación Agraria se suma a la de otros sectores que reclaman mayor claridad sobre el objetivo de estas cámaras y solicitan que las políticas de seguridad vial sean aplicadas con criterios que prioricen la prevención y no la recaudación.
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