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Sergio Orlando Leiva, conocido como “El Negro Sombra”, fue asesinado a tiros en un asentamiento del partido de Tigre mientras cumplía con su libertad condicional desde 2019.

El peligroso malviviente había sido detenido a fines de 2004 y condenado algunos años después, entre otros casos, por el secuestro de los padres del exfutbolista Leonardo Astrada y el empresario Jorge “Corcho” Rodríguez.

Tras recibir una condena unificada de 34 años de prisión por esos casos y una serie de homicidios por el que debía estar tras las rejas hasta 2031, a mediados de 2019 dejó el penal federal de Senillosa, en la provincia de Neuquén, y continuó cumpliendo la condena en su casa con una tobillera electrónica del Servicio Penitenciario Federal que llevaba puesta al momento de su muerte.

En realidad, la suma de las ocho condenas recibidas por Leiva sumaba 101 años de prisión, pero en 2016, el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín hizo un nuevo cómputo y lo llevó a 34 años de pena. Como a mediados de 2019 había cumplido más de dos tercios de su castigo, recibió el beneficio de la prisión domiciliaria.

Fue baleado en Talar de Pacheco, partido de Tigre, y pese a ser trasladado al hospital local murió a causa de las heridas recibidas. Las primeras versiones, no confirmadas oficialmente, apuntaron hacia una pelea con dos hombres, en el marco de un presunto ajuste de cuentas que podría estar relacionado con venta de drogas.

Leiva, oriundo de villa San Pablo y quien también había estado alojado durante su encierro en las unidades de Ezeiza, Marcos Paz y Rawson, había fijado domicilio en el partido de Tigre, al norte del Conurbano bonaerense, y debía cumplir con una serie de restricciones, por ejemplo, no alejarse a más de 100 kilómetros de esa vivienda.

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