Tras seis jornadas cargadas de música, cultura y talento local, el Anfiteatro del Cerro del Triunfo se convirtió en el epicentro de dos festivales que unieron a la comunidad a través del rock y el folklore. Con la participación de más de 50 artistas y grupos locales, estos eventos no solo celebraron la riqueza musical de la ciudad, sino que también lograron revivir el espíritu festivalero de este histórico espacio. José Joglar, uno de los organizadores, compartió su visión sobre el impacto de estas jornadas y el balance positivo que dejaron.
"Lo primero que hay que decir es gracias, gracias a todos", expresó Joglar, destacando el apoyo del municipio que permitió la utilización de este espacio público como es el Anfiteatro “Saverio Bonazza” que está cargado de historia. "Este año cumplimos 57 años desde el primer festival del canto, el 17 de enero, y el lugar tiene esa magia que nos permite pensar en recuperar ese espíritu festivo".
El festival de rock, que contó con aproximadamente 21 bandas, 18 de ellas locales, representó un desafío logístico, pero cumplió con creces su objetivo de poner en valor el talento de la ciudad. "El evento de rock fue una prueba de fuego para ver cómo nos iría. Pero el balance es muy positivo. Ya tenemos más de una veintena de bandas locales que muestran que estamos en condiciones de hacer un festival de gran envergadura", afirmó Joglar. A pesar de algunas ausencias por vacaciones, la respuesta del público fue contundente.
Por el lado del festival de folklore, también incluyó una amplia variedad de expresiones culturales y reunió a 14 grupos de baile y más de 20 artistas, lo que permitió abarcar todas las vertientes del folklore. “Fue una fiesta del folklore en todas sus formas, desde el baile hasta la canción. Los artistas mostraron un nivel impresionante y la gente respondió de manera increíble”, señaló Joglar, quien resaltó la participación activa de los emprendedores locales, como los responsables de los food trucks, que contribuyeron al ambiente festivo de los eventos.
"El balance es sumamente positivo, no solo por la calidad artística, sino también por el impacto social. Los artistas, tanto locales como algunos que vinieron de afuera, se sintieron muy bien recibidos. Incluso gente que vino de Mar del Plata se fue admirada por el lugar y la propuesta", comentó Joglar, subrayando la importancia de continuar impulsando estos espacios para el encuentro de la comunidad.
Además, destacó el trabajo conjunto de los colaboradores, mencionando a Marcelo De la Torre, productor del evento, y a los equipos de limpieza que cuidaron el lugar, dejando el cerro impecable cada mañana. “Esto no hubiera sido posible sin la colaboración de todos, desde los artistas hasta los trabajadores detrás del escenario. Todo se sumó para que esta experiencia fuera inolvidable”.
Mirando hacia el futuro, Joglar enfatizó que este es solo el comienzo: "Queda tanto por hacer, esto recién empieza. Desde el lugar que nos toque, como organizadores o colaboradores, continuaremos generando espacios culturales que fortalezcan el encuentro de la sociedad con la música y el arte".
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