Por voluntad propia en el juego de la política o por decisiones vinculadas al mundo judicial, Cristina Kirchner tuvo una semana de absoluta centralidad. Está presente y activa. También se están moviendo los que la rodean. Tienen que mantener viva la llama de su liderazgo.
“Si sale la ley, la sacan de la cancha”, se sinceraron en el Instituto Patria, donde consideran que la decisión del Gobierno es correrla porque temen competir con ella. “Le tienen miedo. La quieren afuera”, sostienen.
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La Cámpora le puso música a la postura pública frente a la media sanción. Algunas horas después de que se termine de tratar el proyecto en la Cámara baja, publicaron un video de CFK musicalizado con el histórico tema de Pablo Lescano “Quieren bajarme”. Baile y mensaje político. Cumbia.
El cristinismo volvió a hablar de proscripción a la ex presidenta. Un término que no se usaba desde el 2023, cuando Axel Kicillof encabezaba los actos asegurando que la justicia federal y el poder político y económico querían evitar a toda costa que CFK no fuera candidata a presidenta. Tiempos lejanos.
En esta oportunidad el gobernador bonaerense repitió su discurso. Aunque no se habla con la ex presidenta y está librando una batalla de poder, decidió publicar su defensa. En el platena cristinista ya no le creen nada. A sus movimentos los ven sobreactuados. Parte de la interna. Algunas líneas de algún capítulo perdido.
También parte de la interna fueron los carteles con la cara de la ex presidenta y la leyenda “Cristina es presente”, que aparecieron en los últimos días en las calles porteñas y que llevaron la firma de Primero la Patria, la agrupación que formó CFK para desembarcar en el PJ Nacional. “Si Axel es el futuro, Cristina es el presente”, asumió un dirigente de la agrupación que conduce Máximo Kirchner. Le quieren marcar la cancha a Kicillof.
Los carteles aparecieron en la Ciudad de Buenos Aires, donde se empezó a especular con la posibilidad de que CFK compita. Sin embargo, desde su entorno son terminantes respecto a esa posibilidad: “Si es candidata, va a ser en la provincia de Buenos Aires”.
La disputa entre madre e hijo político está lejos de terminarse. En el cristinismo se jactan de haber anticipado que la inseguridad en el conurbano bonaerense se iba a convertir en el tema de la campaña y que un eventual desdoblamiento de las elecciones de Buenos Aires, hará que el foco esté aún más encima sobre los hechos violentos en la provincia.
“Parece que nadie es asaltado en Tres de Febrero. Siempre aparecen hechos de inseguridad en lugares donde gobierna el peronismo”, indicó un importante dirigente del entorno de CFK. La localidad utilizada para el ejemplo no es una casualidad. Allí gobierna Diego Valenzuela, que hace un puñado de días saltó del PRO a la LLA para convertirse en un refuerzo del oficialismo.
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Kicillof ya dijo que hay una utilización política del gobierno de Javier Milei sobre los hechos de inseguridad en el territorio bonaerense. Pero al no haber una campaña de comunicación coordinada con todo el peronismo, la crítica se diluyó con facilidad. De todas formas, el tema estará latente en forma permanente. En la agenda de la discusión diaria.
La semana que viene el Senado tratará el proyecto para suspender las PASO de este año. Si se sanciona la ley, el gobernador bonaerense le pedirá a la Legislatura que trate la suspensión en la provincia. Si el PRO y LLA acompañaron la iniciativa a nivel nacional, sería extraño que no lo hagan en Buenos Aires. La oposición bonaerense quedará en la encrucijada de votar con Kicillof o contradecir la postura nacional.
Si no hay PASO, Kicillof sigue pensando en la posibilidad de desdoblar las elecciones en la provincia. Ese movimiento desataría una batalla nueva con CFK, que pidió no hacerlo. En el armado del Gobernador quieren que el economista tenga centralidad plena en la campaña electoral. Es, en términos de la discusión de poder interna, la única posibilidad concreta de que Kicillof tenga mayor centralidad que la ex presidenta.
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En la semana que culminó, el fiscal de la Cámara Federal de Casación Penal Mario Villar pidió que la Corte Suprema condene a la ex mandataria a 12 años de prisión por el delito de asociación ilícita en la causa de Vialidad. Apeló el fallo de la Cámara Federal de Casación Penal que en noviembre pasado confirmó la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
“Es todo parte de un show de la justicia federal. La quieren sacar del camino”, indicaron en el Instituto Patria, donde relacionan las decisiones de la justicia con el proyecto de Ficha Limpia. Los dos temas vieron la luz el mismo día. “Todo va de la mano. No hay casualidades”, deslizaron. El kirchnerismo va a fortalecer la idea de la proscripción cada vez que pueda.
En paralelo, CFK seguirá apareciendo con frecuencia en las redes sociales, con un lenguaje más llano y confrontativo que el que venía utilizando. Más popular e irónico. Más alejado de las clases magistrales del conurbano bonaerense. Encontró un tono de conversación que le queda cómodo y que la mantiene, sin contratiempos, en ring dialéctico al que la invitó a subirse el Presidente.
Serán semanas determinantes para el futuro de la ex Jefa de Estado. Sobre todo, el futuro como líder de una porción importante del peronismo. Si Ficha Limpia es aprobada en el Senado, se quedará sin la posibilidad de competir. Indefectiblemente sus acciones bajarán. La campaña de la proscripción no es tan potente como su cara en la boleta. En su mundo creen que no están los votos para que eso suceda, pero aún no respiran con tranquilidad.
Además, Kicillof tendrá que tomar una decisión clave que marcará su relación con la ex presidenta y clarificará el mapa del peronismo. Si hay margen para forjar la unidad entre las tinieblas o si comienza una guerra de sucesión explicada de mil formas diferentes, pero con un único objetivo de fondo: un cambio de ciclo político en el PJ.
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