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El 5 de febrero de 2015, una tragedia marcó a la comunidad de Balcarce. Juan Rodríguez, de 23 años, perdió la vida tras un choque entre su motocicleta y una camioneta Fiat Ducato en la intersección de Avenida Dorrego (40) y calle 17. Los testigos relataban que Juan, al intentar esquivar el vehículo de mayor porte, no pudo evitar el impacto y cayó violentamente al asfalto. A pesar de ser trasladado al Hospital Municipal, sus heridas fueron graves, lo que obligó a su derivación al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) de Mar del Plata, donde finalmente falleció.

Hoy, a diez años del fatal accidente, su madre, María Teresa Belver, realizó un emotivo homenaje a su hijo, pintando nuevamente la estrella amarilla en el lugar del accidente, una simbología destinada a recordar que en ese espacio hubo una víctima de tránsito.

En diálogo con GABAL, María Teresa expresó su agradecimiento hacia las personas que la han acompañado a lo largo de estos años: “Durante 10 años me vienen acompañando familiares, amigos, que son como familia, y el personal de tránsito, que lo hace desinteresadamente como colaboradores personales”. A pesar de los obstáculos, ella destacó el apoyo incondicional de aquellos cercanos a su hijo: “Era la mascota de todos, trabajó en la radio, y era un ser muy querido por todo el mundo”.

Sin embargo, la situación judicial sigue pendiente. La causa, según relató María Teresa, está “abierta entre comillas” y se encuentra en su última apelación, sin respuesta definitiva: “Desde los abogados, fiscales y jueces, no hay justicia. Está cerrada, pero sigue pendiente. Y no hay respuesta. Hay mucho dinero involucrado, y parece que eso es lo que marca la diferencia”.

La indignación de María Teresa es evidente. “La justicia en Argentina no existe. No sé por qué cambiaron de abogado si ya tenían una relación de amistad con el anterior”, comentó visiblemente molesta, y recordó un doloroso momento en que la otra parte le respondió con una expresión despectiva: “No maté a nadie, negra de mierda”. Ante estas palabras, la madre de Juan afirmó con firmeza: “No voy a bajar los brazos mientras viva. Aunque me moleste a mí, a la gente, a todos. Voy a seguir luchando por mi hijo”.

La lucha de María Teresa por justicia y en memoria de Juan es incansable. Agradece el apoyo recibido de la Fundación Estrellas Amarillas, de la que forma parte, y de todos quienes la acompañan. “Son los amigos y la gente que me da la fuerza para seguir luchando, aunque el dolor sea inmenso. Mi hijo está en todos lados”, agregó.

A diez años de aquella tarde trágica, la memoria de Juan Rodríguez sigue viva, y su madre promete continuar con su lucha. “Juan puede ser hijo de cualquiera de nosotros. Y así seguiré, porque mi hijo está en todos lados”, concluyó.

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