El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, encabezó un pronunciamiento político en respaldo al exministro de Planificación Federal Julio De Vido, detenido desde el jueves en el Hospital Penitenciario Central de Ezeiza tras entregarse en Comodoro Py para comenzar a cumplir la condena firme por la tragedia de Once.
Acompañado por ministros provinciales y más de treinta intendentes, el mandatario calificó la sentencia como una “condena injusta”, denunció “persecución judicial” y reclamó que se evalúe “con urgencia” el otorgamiento de la prisión domiciliaria por el estado de salud del exfuncionario.
El comunicado sostiene que la privación de libertad puede “vulnerar garantías vinculadas al derecho a la salud” y pide que el Tribunal Oral Federal N° 4 acelere el tratamiento del pedido presentado por la defensa. De Vido, que cumplirá 76 años en diciembre, fue considerado partícipe necesario en la administración deficiente de los subsidios al ferrocarril Sarmiento, lo que derivó en el choque en Once en 2012, con 52 muertos y más de 700 heridos.
Denuncias por condiciones de detención
La familia de De Vido denunció en los últimos días malos tratos y deficiencias en la atención dentro del hospital penitenciario. Su esposa, Alessandra Minnicelli, afirmó que la alimentación no es adecuada para un paciente diabético, que no se le permitió ducharse ni acceder a agua caliente, y que enfrenta dificultades para obtener su medicación.
También expresó que la comunicación con el exterior es casi nula debido al sistema de teléfonos del penal. A raíz de estas quejas, el juez envió un oficio al servicio penitenciario para requerir informes.
El pronunciamiento firmado por Kicillof retoma estos planteos y advierte sobre el uso del Poder Judicial para “perseguir dirigentes o criminalizar al peronismo”, según expresa el texto.
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