La empresa Belgrano Cargas, tal como se la conoce hoy, nació en 2013, cuando fue conformada a través de un DNU firmado por la entonces presidenta Cristina Kirchner y varios de sus funcionarios, entre ellos Juan Manuel Abal Medina, Aníbal Fernández y Florencio Randazzo. Dentro de esa nómina no figuró quien encabezaba el Ministerio de Planificación Federal, Julio De Vido. Su cartera poseía competencias en materia de transporte hasta después de la “Tragedia de Once”. Las transfirió al entonces Ministerio de Interior y Transporte que encabezaba Randazzo.

En medio de esa reestructuración, la gestión kirchnerista creó Belgrano Cargas y Logística S.A. Pese a ser una sociedad anónima, el Estado es dueño del 100% de sus acciones. Un documento oficial describe que el 75% pertenece a Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado, también conocida como FASE, y el 25% restante, a la Administración General de Puertos Sociedad del Estado, comúnmente denominada AGP.

Según datos oficiales, su planta está compuesta por 4429 personas. La memoria y estados contables de Belgrano Cargas y Logística S.A. indicó que al cierre de 2019, final de gestión macrista, la empresa tenía 1168 empleados que, al sumar a los trabajadores que absorbió de las líneas San Martín, Urquiza, Belgrano y Tafí Viejo, llegaba a 3939. Es decir, si se comparara esta cifra con la que encontró Milei al llegar al poder, se podría afirmar que incorporó a 122 personas por año (uno cada tres días) durante la administración massista al frente del transporte en el Gobierno de Alberto Fernández.

Para ponerlo en perspectiva, el tamaño de la plantilla de Belgrano Cargas representa un quinto del personal a cargo de la empresa madre del holding ferroviario, Operadora Ferroviaria (Sofse), que opera ocho servicios distintos, entre ellos los del AMBA. Dicho sea de paso, el Gobierno considera que Sofse posee una dotación de empleados superior a la que necesita. De hecho, entre 2019 y 2023 registró 4266 incorporaciones.