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Durante 35 años, Paula Dileo vivió sintiéndose diferente, creyendo que “estaba rota”, sin entenderse a sí misma ni encontrar las palabras para explicar lo que le pasaba. Sin embargo, el cambio más significativo llegó con la pandemia. Mientras muchos sufrían el encierro y la falta de contacto social, ella experimentó un inesperado alivio. Es docente de educación primaria y trabajar desde casa, sin la presión de salir a la calle o interactuar en grandes grupos, le resultaba reconfortante. Daba clases virtuales y su mundo se reducía a un espacio en el que, por primera vez, se sentía en calma.