Con un despliegue de creatividad, compromiso institucional y alegría compartida, las Unidades de Desarrollo Infantil (UDIs) de la ciudad celebraron intensamente la Semana de las Infancias. La propuesta, desarrollada durante los primeros días de agosto, puso en el centro a la niñez, el derecho al juego y la construcción colectiva de experiencias significativas.
Cada jornada ofreció actividades que estimularon la imaginación y fortalecieron los vínculos afectivos: música, cuentos, arte, ciencia, dramatización y jornadas de juego fueron los ejes de esta experiencia.
En la UDI “Duende Azul”, la semana incluyó sonidos corporales, un taller de cocina, lecturas compartidas con abuelos y una recreación en el Salón de Juegos. En “Evita” y “Pulgarcito”, los niños disfrutaron de exploración literaria, experimentos científicos, obras de teatro y un “Día de Circo” que transformó el SUM en un escenario de asombro. La semana cerró con la esperada “Jornada de Juegos y Juguetes”.
Por su parte, la UDI “Juan XXIII” sorprendió con una “Fiesta Flúo”, cine con pijamadas simbólicas, juegos de magia y una obra teatral de Caperucita Roja.
Salud y hábitos saludables
El miércoles 13 se sumó el área de Salud, con el Taller de Alimentación y Hábitos Saludables coordinado por la Dirección de Salud Familiar y Comunitaria, bajo la supervisión del Dr. Aníbal Giusti. Las profesionales Silvina Bonini (Nutrición) y Romina Bertolot (Odontopediatría) guiaron dinámicas preventivas y lúdicas, promoviendo el cuidado integral desde la primera infancia.
Cada familia recibió material informativo y un afiche con código QR para acceder a recetas saludables desde dispositivos móviles, fortaleciendo la continuidad entre escuela y hogar.
Una apuesta por la infancia
La celebración reflejó la articulación entre Estado local, organizaciones barriales y salud comunitaria, consolidando a las UDIs como espacios fundamentales para el desarrollo integral de niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
Quedó en evidencia que, cuando se garantizan entornos protectores y afectivos, el juego no solo entretiene: educa, transforma y construye ciudadanía.
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