En la mañana de este lunes, GABAL dialogó con el Padre Pablo Etchepareborda, quien compartió un emotivo testimonio sobre el fallecido Padre Andrés Mangas, figura muy querida en la Diócesis de Mar del Plata y recordada también en Balcarce por su paso por la Parroquia San José.
Etchepareborda conoció a Mangas hace cinco décadas y lo reconoció como una de las personas clave en su vocación sacerdotal. “Lo conocí hace 50 años más o menos. Él me acompañó en el discernimiento de la vocación y también a muchos de los que hoy somos sacerdotes. Habremos sido seis o siete a quienes ayudó a dar ese paso”, relató.
El sacerdote destacó el legado humano y pastoral de Mangas, marcado por su autenticidad y su profunda fe “Nos enseñó muchas cosas desde lo positivo, porque tenía ideas muy claras y era muy contundente. Y también uno aprende desde la diferencia: a veces algo te hace ruido, pero te ayuda a pensar y a crecer en la vida cristiana. Fue un hombre que nos dejó mucho, por la positiva o por la negativa, pero siempre dejó huella”.
Etchepareborda recordó además que Mangas era una persona directa y transparente, a quien cariñosamente llamaban “Caroso” desde su infancia. “Aportó muchísimo a la Iglesia, no solo en Balcarce sino también aquí, donde vamos a celebrar la misa. Nos enseñó el amor a la Virgen, el respeto a los obispos, el valor de vivir en comunidad y de hacer una Iglesia abierta y libre”, afirmó.
En lo personal, el Padre Pablo confesó que Mangas fue una inspiración determinante en su camino vocacional “Me marcó su corazón totalmente entregado a Jesús, su profunda devoción a la Virgen y esa visión de la Iglesia como familia, como casa de Dios y pueblo de Dios. Eso me influyó muchísimo. Puedo decirlo porque lo viví en directo, en vivo y en directo”.
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